*Cualquier cosa puede cambiar
el nuevo gobierno, pero la austeridad
y la corrupción son cosas imposibles,
porque van de la mano del poder.
Enviado por Miguel A. López.-
La austeridad, una bandera que vende muy bien pero que se complica por ser un rompecabezas muy difícil de armar en manos de políticos mexicanos…
Lo que sería una de las compuertas de la siguiente administración para despresurar los ánimos de venganza de un grueso de la población que ve como su vida se conforma en la miseria mientras que muchos políticos alzan la cabeza por encima de los mortales, esta posibilidad de ser todos austeros se va diluyendo con el paso de los días y el peso de la realidad.
La gran maquinaria de la administración pública requiere gente capaz, preparada, lista para dar lo mejor de sí mismos, existen áreas de la administración pública, en donde las plazas requieren profesionistas altamente especializados, y que no ven atractivo el enlistarse en una oficina de gobierno si los salarios son bajos, un doctor en economía en el Banco de México gana más como miembro del consejo de un banco.
Un ingeniero especializado en petroquímica gana más en una empresa privada que en Pemex, y así nos podemos ir con más ejemplos.
Seguramente, muchos futuros secretarios de estado ya resolvieron sus problemas económicos desde hace varios sexenios y hoy gozan del capital monetario suficiente como para ocupar una cartera federal con todo y su desgaste y responsabilidades.
Pero existe todo un ejército de servidores públicos que han creado vida y patrimonio desde la medianía y que no necesariamente son ricos, más bien flotan en las aguas de una razonable burocracia, sin grandes lujos.
Los hay aquellos que ocupan cargos más bien de corte político, en subsecretarias, direcciones estratégicas y que encuentran oportunidad gracias a sus relaciones y experiencia, el sector público les queda bien tres o seis años a lo mucho, que saben que tiene fecha de caducidad y se arriesgan en esas plazas por que les ofrecen salarios atractivos, pero que difícilmente los hará ricos…
Ojo, los casos de mayor escándalo de enriquecimiento se han dado en las más altas esferas, en donde se comportan como mafia, como cartel, ya sea algún gobernador y sus secuaces, todos esos sí, bañados por una especie de fuero que les permite abusar de cargos y de gastos.
Nadie en su sano juicio esperaría que dicho comportamiento siguiese permitiéndose, ahí sí, la austeridad se agradece, pero no en los mandos medios, en todo el cuerpo de “FreeLancer”, en donde miles de padres y madres de familia se la juegan no solo por ganar lo suficiente sino por proteger su empleo.
La austeridad no tiene que significar terror a perder tu fuente de ingresos, no, aquí se debe mirar hacia arriba, ahí en donde los privilegios son insultantes pero no por los salarios, sino por la facilidad que muchos tienen para hacer enormes negocios, hacerse ricos con contratos, que se llena los bolsillos con obras públicas, con la renta de servicios…
Eso llama la atención, pues lo que se nos promete es el ofertón de la austeridad cuando en realidad lo que nos sangra es la red de complicidades entre altos funcionarios y un puñado de empresarios favorecidos sexenalmente que provocan que un político amanezca siendo dueño de decenas de propiedades.
¿Para qué queremos que un gobernante gane 50 mil mensuales, si por la vía oculta gana millones al mes?. ¿Austeridad? vaya broma.