Enviado por Miguel Ángel López Farías.-
Varios periodistas afines a Andrés Manuel López Obrador, van sembrando la idea de que AMLO será indudablemente el próximo Presidente de México, no lo creo, hace seis y doce años fue el mismo cuento…
Confían en los números de sus propias casas encuestadoras, no veo el por qué creerles, ni a ellos ni a la industria del sondeo, quienes se han equivocado en los últimos grandes ejercicios de medición. El recelo es natural y está bien documentado.
López Obrador, puede estarse rodeando de personajes que resultan ser muy efectistas, Gabriela Cuevas, Cuauhtémoc Blanco, y otros tantos que son cartuchos quemados, sin mayor peso que el escándalo del que vivieron hace tiempo, la estrategia le ha funcionado, pero solo en términos mediáticos.
Solo eso, lo que ha generado que la pepena del tabasqueño sea el confeti y no el alma de la fiesta.
Esto es, que a pesar de lo que se diga en términos de una supuesta ventaja de Andrés Manuel para muchos electores aún queda la duda sobre este personaje y la supuesta imagen de estadista que pretenden construirle.
López Obrador no ha pasado de ser un ofertante de ocurrencias, sus líneas discursivas no profundizan, ni explican los tan necesarios “como”, los vacíos intelectuales de López Obrador los pretende llenar con supuestos hombres y mujeres de peso, pero esto no convence, pues a más de uno le queda claro que la diferencia entre un dictador y él no es mucha, y los dictadores no se dejan acompañar, ellos buscan subordinados, peones.
Sabemos que un grueso de los mexicanos quieren vetar a todo lo que huela a Peña Nieto y existen razones de sobra, y que en el ánimo general pesa la intención de la venganza.
Pero…no veo que López Obrador encabece una nueva ruta que podría llevarnos a un fracaso mayor, uno en que un par de años después haga reversible la ñoña frase de que “estaríamos mejor con ya sabes quién” haciendo referencia a Meade o Anaya.
Y no es siembra de miedos o fobias, sencillamente se trata de que muchos mexicanos, por más enojados, frustrados o con sed de desquite quieran ver las barbas de este gobierno remojar, no se dejaran conducir a una aventura con Andrés Manuel que podría, ahí si, llevarnos al fondo del abismo, uno que haría palidecer a Venezuela frente a México.
La pregunta es sencilla y Andrés Manuel y sus defensores deberán responderla: fuera de las serpentinas y música estridente, ¿cómo, sujetos a toda esta realidad, como piensa sacar a México adelante?. Sin trucos, sin demagogia, sin rollos, sin evasiones ,sin mentiras, sin falsedades…¿cómo?.