El semanario de Coahuila
Enviado Por: Ulises Rodríguez
El líder nacional del PRI, Alejandro “Alito” Moreno, presumió una reunión con la presidenta peruana Dina Boluarte, quien es cuestionada internacionalmente por la represión violenta contra manifestantes tras el Golpe de Estado en contra de Pedro Castillo en 2022, y en medio de tensiones entre México y Perú.
El encuentro, realizado el lunes 8 de Septiembre en Lima, fue presentado por el priista como una “reunión muy significativa” en su calidad de presidente de la Conferencia Permanente de Partidos Políticos de América Latina y el Caribe (Copppal).
Moreno aseguró que hablaron de “seguridad, democracia en la región y fortalecimiento de las relaciones exteriores”.
Durante su visita, Moreno Cárdenas aseguró que viajó a Estados Unidos a “delatar al gobierno” de Claudia Sheinbaum por “amor a México”. Y lo mismo hizo en Perú, donde además de la presidenta espuria, el priista se reunió con el partido de derecha andino, el Aprista Peruano.
La reunión y declaraciones de “Alito” Moreno suceden justo después de que Sheinbaum lo acusara de “vende patrias” por viajar a Estados Unidos a denunciar presuntos vínculos del gobierno con el narcotráfico y pedir, de facto, la intervención extranjera.
“Va a Estados Unidos a pedir la intervención de Estados Unidos en México, más vende patrias no puede haber”, señaló Sheinbaum en conferencia mañanera.
Además, apenas la semana pasada, el Congreso de Perú aprobó en comisión declarar a Claudia Sheinbaum persona non grata, acusándola de “conducta hostil” por reconocer a Pedro Castillo, actualmente preso político, como presidente legítimo.
Ese contexto hace más polémica la visita de Moreno Cárdenas a Lima, ya que mientras el gobierno mexicano enfrenta ataques del fujimorismo y del Congreso peruano, el líder del PRI se sienta a dialogar con Boluarte, haciendo que algunos medios interpreten que podría haber una alianza política contra el gobierno mexicano.
Lejos de fortalecer la integración regional, la foto de “Alito” con Boluarte lo coloca del lado de un gobierno señalado por represión y autoritarismo. Críticos del priista advierten que busca usar su posición en la Copppal para internacionalizar su disputa con el oficialismo mexicano y proyectarse como un opositor “con respaldo extranjero”.