Editorial
Los “Pluris”
Necesarios, u Obsoletos???
Sheinbaum tiene la convicción de que los diputados plurinominales son una aberración del sistema electoral mexicano: una élite de políticos que obtienen posiciones, no por su capacidad, probidad o compromiso, sino por su relación con los líderes de sus partidos. No hay duda de que una futura reforma electoral desaparecerá a los plurinominales tal y como existen ahora. La pregunta es cómo.
Hay tres propuestas sobre la mesa: 1).- Es desaparecerlos de tajo. Esto reduciría el Congreso de 500 a 300 posiciones y ampliaría considerablemente el poder de Morena. Con esta nueva regla, actualmente Morena-PT-PVEM tendría el 85% del Congreso y no el 73% como tiene con las reglas actuales.
Esta propuesta no sería muy atractiva para el PVEM y el PT, pues reduciría en 200 espacios las posiciones disponibles para repartirse. Con la nueva regla, el PVEM no tendría 12% de la Cámara como tiene ahora, sino el 19%. El PT pasaría del 10 al 13%.
2).- Es la más viable y fue presentada por la propia presidenta. Bajo este método se asignarían 200 diputados “plurinominales”, pero estos no saldrían de listas hechas por los líderes de sus partidos. En su lugar, serían seleccionados entre los candidatos que obtuvieron una mayor proporción de votos en comparación con otros candidatos de su mismo partido.
Esto cambiaría de tajo la vida partidista en México. Por ejemplo, el PAN y el PRI todavía tendrían el mismo número diputados plurinominales, tal y como tienen ahora. Sin embargo, ya no serían prófugos de la justicia o individuos de la vieja guardia. Ahora, estarían panistas y priistas que dieron buena batalla en sus territorios.
3).- Es continuar con la asignación actual, pero derogar la cláusula IV del Art. 54 de la Constitución que limita artificialmente el número de diputados que puede tener un partido a solo 300. Esto disminuiría el incentivo de los partidos grandes a aliarse con partidos pequeños en candidaturas en común y dejaría al Verde y al PT en su verdadero tamaño, de 5 y 3%, respectivamente. Esta sería en realidad la propuesta más disruptiva de todas, pues a largo plazo supondría la muerte de varios partidos chicos. Además, aumentaría exponencialmente la capacidad de los partidos para alcanzar súper mayorías que les permitieran cambiar la Constitución.