Editorial
Los Niños
No hay nada mejor en este mundo que la sonrisa de los niños, su abrazo amoroso, su inocencia, esa enorme capacidad de asombro y sorpresa que la mayoría de los adultos hemos perdido.
Son el motor que mueve al mundo, porque, a quien no conmueve aquellos pequeños abandonados por sus padres o bien los que están enfermos.
Por eso debemos permitir que disfruten al máximo su infancia, esa etapa que todos recordamos a pesar de los años transcurridos, porque es ahí donde la felicidad fue plena.
Ahí están ellos siempre dispuestos, con sus bracitos extendidos, sin rencores en su corazón, sin envidias, con esas miradas transparentes que conquista a cualquiera. El corazón más temerario se cimbra con la presencia de los pequeños, ya sean niños o niñas.
Es en la infancia donde no se tiene mayor responsabilidad que amar y ser amado. Los niños son el alma de cualquier hogar. Ellos brindan alegría y contagian entusiasmo.
De un niño, es mucho lo que se puede aprender y a veces nos olvidamos de reconocer sus méritos, ya sean escolares o personales; por eso dedícalo a consentirlos.
Un niño es una personita que cuenta con sentimientos como un adulto, sin embargo puede resultar más frágil, por lo que debemos tener mucho cuidado al tratarlos.
Los niños son muy inocentes y la maldad no existe para ellos. Es mejor comprender el porqué de sus acciones antes de regañarlos o aplicar un correctivo.