10 años han pasado, pero los sabinenses
recuerdan esa noche como si fuera ayer,
porque las imágenes ya están grabadas
para siempre con lágrimas de dolor.
Por Juan A. López Sandoval.-
Sabinas, Coah. La noticia corrió como reguero de pólvora por todo el Estado, por todo el País y más allá de nuestras fronteras, era una noticia que no se podía asimilar, pero que era verdad, el orgullo de la ciudad, al siempre majestuoso Rio Sabinas había enloquecido, había aumentado su caudal en forma impresionante y en cuestión de minutos arrasó con gran parte de la ciudad, las imágenes eran impresionantes, el desconcierto total.
Fue una llamada de la Sierra de Múzquiz, de la serranía del Burro, la que apenas puso sobre aviso a la gente, a las autoridades que se lanzaron a una voz a las calles con un grito que todavía nos retumba en los oídos…Sálganse!, sálganse, busquen las partes altas…dejen todo, corran!.
Era la noche del 05 de julio del 2010, las primeras horas de la noche, porque si el agua hubiera llegado más tarde, cuando ya todos dormirían, entonces quien sabe que historia se habría escrito, quien sabe que hubiera pasado.
El alcalde de ese entonces, el Lic. Jesús María Montemayor Garza y su equipo de trabajo, el departamento de seguridad pública y protección civil se lanzaron a las calles, no se daban abasto atendiendo mil llamadas de emergencia…primero los pobladores de las márgenes del rio, era la indicación.
Pero no fue solamente el rio, fueron también los demás arroyos que cruzan la ciudad los que se inundaron, los que se llevaron el patrimonio de las familias, ese patrimonio que durante años, durante toda la vida se fue construyendo, todo se lo llevó el agua.
La desesperación de ver familias enteras perdidas, las llamadas telefónicas del interior del estado, del país y muchas de los Estados Unidos preguntando por sus familiares, y sin poder venir, la ciudad quedó incomunicada por tierra, el puente “Los Gemelos”, principal acceso a la ciudad estaba semidestruido, el vado a muchos metros bajo el agua.
El gobernador del estado de aquel tiempo, el Humberto Moreira Valdés, hizo acto de presencia inmediatamente para coordinar las labores de ayuda, el problema era como hacer llegar ese apoyo, y la única vía que se presentó más accesible era el ferrocarril, pero no se tenía conocimiento si el puente tuviera daños en su base.
No había de otra, el monstruo de hacer hizo una prueba y el puente resistió, así llego la ayuda, por el ferrocarril, renacía la esperanza.
Los días siguientes fueron muy difíciles, para todas las familias, limpiar sus hogares y tirar a la basura lo poco que quedaba de su patrimonio, todo fue un caos, sin embargo la ayuda del gobierno del estado y municipal fue inmediata, desde aparatos eléctricos, muebles, dinero, muchas cosas, por eso los sabinenses están agradecidos, saben quién los ayudó en los momentos más difíciles, lo demás no lo queremos saber.
Pudiéramos contar, escribir mil historias de tristeza de esa fecha en que Sabinas lloró, pero preferimos dejarlo en los recuerdos que no queremos ver, por eso ya no tenemos miedo, ni a las inundaciones ni a las pandemias ni a nada, guardamos el respeto, pero sabemos salir adelante.